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BRESTICKER: Las restricciones de la Universidad en cuanto a los letreros de cuartos del Lawn socavan la libertad de expresión

Quitar los materiales controversiales y añadir otras restricciones solo sirven para limitar el diálogo civil en la Universidad

La posibilidad de que una parte de la población pueda ser ofendida por la autoexpresión de los demás no provee una justificación adecuada para la limitación de la expresión por la administración.
La posibilidad de que una parte de la población pueda ser ofendida por la autoexpresión de los demás no provee una justificación adecuada para la limitación de la expresión por la administración.

El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace

Escritxr original: Max Bresticker

Traducido por: Lucy Hoak

El semestre pasado, un letrero diciendo “J—e a UVA,” entre otras cosas, apareció en la puerta de un cuarto del Lawn y  encendió una ola de controversia. Ahora, la misma residente del Lawn ha otra vez estimulado el debate en la Universidad siguiendo su exhibición de otro letrero que en particular enfatizó la Rotunda sumergida por llamadas y cubierta en una capucha Klansmen seguido por una cita de Kawme Ture. Mientras la administración universitaria ha defendido el derecho de la estudiante para subir tales materiales en el otoño, el semestre de primavera ha visto un abandono lamentado comparado con esta posición anterior. Incluso antes de que la estudiante subió su señal más reciente el 12 de marzo, Housing and Residence Life  [La Vivienda de alojos y residencias] reveló un nuevo grupo de regulaciones en cuanto a los letreros de cuartos del Lawn que tomará efecto el próximo año académico. Esto se siguió por la eliminación del letrero problemático por la Universidad en el mismo día que se subió bajo el pretexto que “directamente [promovió] la violencia física”. Ambas acciones son ofensivas a la comunidad universitaria y revelan que a la administración no le importa tener un compromiso a mantener los derechos de la primera enmienda de estudiantes. 

Permítame ser claro: mientras tengo simpatía para los asuntos de la injusticia racial y las reformas de política que la estudiante quería compartir, veo a la señal como innecesariamente incendiaria y equivocada en sus objetivos. Sin embargo, como va el famoso dicho de Voltaire: “no rechazo lo que dices, pero voy a defender a la muerte su derecho a decirlo”. Así, no estoy preocupado en particular sobre la respuesta a esta señal específica, pero estoy más enojado por el principio general de restringir las maneras por las cuales los estudiantes de la Universidad tienen que expresarse.

Primero, con respecto a las nuevas restricciones de la Universidad, la política aparece simplemente incomoda a los estudiantes mientras al mismo tiempo falla a realizar el objetivo ostensible de reducir los materiales controversiales en el Lawn. La nueva política requiere a los residentes del Lawn confinar sus mensajes y materiales dentro de un tablero de 1.5 a 2 pies adherido a las puertas de cuartos individuales del Lawn. La justificación para este requisito es confusa, porque es improbable que el contenido original o material subjetivo cambiará bastante solo porque la superficie disponible para poner estos mensajes se reduce. Todo lo que probablemente resultará de es un aumento de demanda para los papeles de 1.5 a 2 pies. Esto todavía representa un área larga y así los letreros controversiales futuros estarán visibles de forma prominente en el Lawn, exactamente como estaban antes de que se estableciera la política. 

Todo lo que he dicho no es para decir que la Universidad debe aspirar a controlar el contenido. De hecho, hacerlo sería la opuesta de una institución pública que está orgullosa de su conexión histórica con los creadores de la democracia estadounidense. Sin embargo, esto parece ser exactamente lo que pasó el 12 de marzo cuando las facilidades quitaron el letrero mencionado enfatizando la Rotunda sumergida en llamadas. La razón publicada para quitar el letrero era que tenía “la capacidad de incitar”. Sin embargo, esto no es muy convincente dado que, mientras contiene imágenes provocativas, el letrero no enfoca en una audiencia particular, faltaba una llamada para una acción específica y dio la mayoría de su texto a la cita de una persona pública. La posibilidad de que este letrero incite la violencia parece tan distante que la justificación de la administración debe ser manufacturada, como no hay una hipótesis imaginable en que el letrero satisfaga la prueba de “accion inminente ilegal” establecidas en Brandenburg v. Ohio. El interés de la comunidad en asegurar que todas las voces y perspectivas estudiantiles se oyen es mucho más importante que el daño resultando de cualquiera violencia que pueda pasar. En este ejemplo, aparece que la Universidad inapropiadamente expandió la definición de incitación para censurar contenido que puede hacer que unos se sientan incómodos. 

Si esto es verdad, las acciones de la Universidad son muy alarmantes. Esencialmente, la Universidad debe ser un lugar que anima el intercambio libre de ideas, un lugar en que la razón y los errores pueden chocar y todo el mundo se mejora como resultado. La respuesta al discurso objetable debe ser más debate en vez de menos. La posibilidad que una parte de la población pueda ser ofendida por la autoexpresión de los demás no provee una justificación adecuada para la limitación de la expresión por la administración. Nuestros derechos constitucionales no derivan de las sensibilidades de los demás. 

Para la mayoría de mi tiempo en la Universidad, he tomado orgullo en la determinación de la administración mostrada en sus defensas de los derechos de estudiantes. Cuando yo era un primer año en la orientación, estaba animado por la presentación de Dean Groves sobre la primera enmienda. Además, estoy orgulloso asistir a una de las universidad con una calificación de luz verde de la Fundación para los Derechos Individuales en la Educación, y le agradezco que la Universidad permite a los estudiantes-trabajadores descontentos de HRL a hablar abiertamente a los medios de comunicación. Sin embargo, el hecho de que previamente hemos disfrutado libertades tan expansivas nos requiere a estar super-vigilantes para asegurar que la administración no toma acciones, como han recientemente, que amenazan a erosionar los derechos de estudiantes. 

Max Bresticker es un columnista de opinion para The Cavalier Daily. Se puede comunicar por opinion@cavalierdaily.com.

Las opiniones expresadas en esta columna no son necesariamente aquellas de The Cavalier Daily. Las columnas representan solamente las perspectivas de los escritores.

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