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La ciencia detrás la adicción a las redes sociales y sus consecuencias

El aumento del uso de las redes sociales por los estudiantes, sobre todo durante la pandemia, genera preocupación por las consecuencias para la salud mental y las repercusiones éticas más amplias

El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace

Escritxr original: Catherine Xue

Traducido por: Isabella Sheridan

Mientras la pandemia obliga a la gente a quedarse en sus casas por largos periodos de tiempo, el uso de las redes sociales ha alcanzado un máximo absoluto. Entre finales de marzo y principios de mayo, la encuesta Harris descubrió que entre el 46 por ciento y el 51 por ciento de adultos estadounidenses utilizaban más las redes sociales desde que comenzó el brote, y que el 60 por ciento de los que respondieron tenían entre 18 y 34 años. Los estudiantes universitarios se han caracterizado a menudo como usuarios excesivos de las redes sociales, pero ahora el uso excesivo ha creado preguntas sobre si han desarrollado una "adicción" a las redes sociales y cuáles pueden ser las repercusiones.

Aunque el término "adicción a las redes sociales" es frecuentemente utilizado, Jennifer Penberthy, doctora y profesora de psiquiatría y ciencias neuroconductuales, aclara que las redes sociales no alcanzan los criterios de diagnóstico para adicción en el DSM-5, la guía oficial de diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría. 

Sin embargo, esto se debe principalmente a que no hay suficientes estudios sobre el uso excesivo de las redes sociales para alcanzar los criterios de diagnóstico, que consisten en: la modificación del estado de ánimo, la tolerancia y la abstinencia. No obstante, el Centro de Adicciones enuncia que entre el 5 y el 10 por ciento de los estadounidenses posiblemente cumplen los criterios para considerar su uso de las redes sociales una adicción: cuando su uso excesivo perjudica otras áreas importantes de la vida.

El sistema de recompensa, tanto de las redes sociales como de otras sustancias, implica la dopamina, un tipo de neurotransmisor o mensajero químico emitido por las neuronas para estimular a las neuronas vecinas, que es responsable por la sensación de placer. Existen varias vías por las que la dopamina puede emitirse y activarse al anticipar o experimentar eventos gratificantes. Cada una de ellas funciona para reforzar la asociación entre una recompensa y su correspondiente acción, y cada vez que una acción resulta en una recompensa, la intensidad con la que las neuronas responden a la recompensa también aumenta. 

Al igual que ocurre con las sustancias adictivas, los estímulos sociales gratificantes, como los "me gusta" de una publicación, activan estas vías para emitir dopamina. Las vías entonces refuerzan la asociación entre la respuesta y el comportamiento que la provocó. Muchos estudiantes pueden sentirse familiarizados con el comportamiento de búsqueda de dopamina, ya que puede presentarse en forma de desplazamiento sin sentido en TikTok para mantenerse entretenidos o revisar constantemente sus teléfonos para ver quién le puso "me gusta" a sus publicaciones de Instagram.

Sin embargo, la intensidad con la que los cerebros de diferentes personas responden a esta vía puede afectar a su salud mental de diferentes maneras. Como ejemplo, Penberthy señaló que los influenciadores de las redes sociales pueden usar sus aplicaciones en exceso, pero no necesariamente se volverán adictos.

"No todos los que usan excesivamente las redes sociales pueden volverse adictos, mientras que otros pueden ser más propensos a la adicción", dijo Penberthy.

Actualmente, algunos estudios muestran una correlación entre el uso excesivo o adictivo de las redes sociales y el aumento de la depresión. Aunque se desconoce la causa de esta correlación, Penberthy mencionó que "parece estar provocado por la baja autoestima", lo que significa que los usuarios con una baja autoestima existente que luego utilizan los medios sociales en exceso, tienen un mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad. 

Nina Ferenc, estudiante de segundo año de la universidad, maneja tres cuentas diferentes en Instagram: su cuenta personal, su cuenta de comida y su cuenta de senderismo. Como resultado, Ferenc ha podido entender los pros y los contras del uso de las redes sociales. 

Al hablar de Instagram, dijo que se trata de "elegir la mejor imagen de tu aspecto", lo que, añadió, puede cambiar por la aptitud de posar de una manera o por añadir un filtro para ocultar o acentuar ciertos rasgos. 

Por haber tenido su propia historia inestable con Instagram, Ferenc se ha familiarizado con el efecto poco saludable que las redes sociales pueden tener en sus usuarios. Durante la escuela secundaria, uno de sus principales problemas era compararse con los demás en la aplicación.

"Lo que me ayudó a alejarme de esto fue encontrar un equilibrio entre mi trabajo escolar y mi vida", dijo Ferenc. 

Ahora, en lugar de centrarse únicamente en los estudios y utilizar las redes sociales en su tiempo libre, ha intentado practicar más experiencias vitales, como aprender a tocar el ukelele y hacer senderismo, y anima a los demás a encontrar sus propias aficiones y a ir de aventuras para desconectar de las redes sociales. 

Tanto Ferenc como Penberthy reconocieron el impacto positivo que pueden tener las redes sociales cuando la gente publica con propósito. 

Debido al impacto negativo que las redes sociales tienen en sus usuarios, especialmente en lo que se refiere a la comparación de personas, Penberthy dijo que los usuarios deben ser deliberados en su uso de las redes sociales. 

"[Los usuarios de las redes sociales] deben interactuar por una razón... si no, no están interactuando realmente, sólo observando lo maravillosa que es la vida de los demás", dijo Penberthy.

Ferenc ha utilizado este método, entrando en las redes sociales sólo para publicar en sus cuentas de comida y senderismo, para no sucumbir a un ciclo interminable de desplazamiento.

Aunque el daño que causan las redes sociales a la salud mental puede variar de una persona a otra, el uso excesivo de las redes sociales tiene consecuencias éticas universales que tienen que ver con la pérdida de control individual, ya que las empresas de redes sociales explotan a propósito el comportamiento adictivo de sus aplicaciones.  

El docudrama de Netflix "The Social Dilemma" da una exposición de este problema, exponiendo lo peligrosas que son las redes sociales. A través de entrevistas con ex-ejecutivos de grandes empresas de redes sociales, como Facebook, Google y Pinterest, así como de escenas que siguen un guión de adolescentes obsesionados con las redes sociales, cuyo uso se asemeja al de muchos adolescentes de hoy en día, la película muestra el desequilibrio de poder que las empresas de medios sociales tienen sobre sus usuarios.  Como estas empresas obtienen beneficios de los ingresos publicitarios, incrustan a propósito psicología persuasiva en los algoritmos para competir por la atención de los usuarios. El documental también muestra cómo los usuarios de las redes sociales deben ser más cautelosos sobre cómo se dejan afectar por lo que ven y también cautelosos sobre la información que comparten, ya que estos sitios la agregan para hacer publicidad más personalizada.

El profesor de filosofía Paul Humphreys enseña la clase de PHIL 2330, "Filosofía e inteligencia artificial". Señaló que el intercambio entre los usuarios y las empresas de redes sociales es en realidad engañoso, como se muestra en el documental. Aunque parece razonable, mientras que el usuario puede utilizar la aplicación libremente mientras las empresas de redes sociales reciben sus datos, el usuario no tiene ningún control sobre cómo se utilizan esos datos y si se pueden venderlos a las grandes empresas de publicidad. 

"Creo que muchos usuarios no se dan cuenta de que desanonimizar los datos es relativamente fácil", dijo Humphreys. 

La desanonimización de los datos es una técnica que se utiliza para volver a identificar al individuo o la cuenta asociada a los datos cifrados u oscurecidos. Esto puede ser especialmente peligroso si alguna empresa divulga los datos anonimizados al público y el acto se considera una invasión de la privacidad, tanto por lo tradicional como por la violación de la ley.

Como recordatorio para los estudiantes en las redes sociales, Humphreys aconsejó a los estudiantes ser conscientes de lo que permiten en sus computadores portátiles en lugar de simplemente aceptar los términos y condiciones.

"Si crees que tienes privacidad en el Internet, es casi seguro que te equivocas", dijo Humphreys.

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