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KEAT: Un caso renovado para un programa de estudios asiático-americanos

En medio de una serie de ataques a lot asiáticos orientales, la Universidad debe revitalizar su programa de estudios asiático-americanos

En el 2005, la Universidad finalmente capituló las demandas y creó una concentración de Estudios Americanos del Pacífico Asiático, pero actualmente no tiene un programa dedicado a los Estudios Asiáticos Americanos.
En el 2005, la Universidad finalmente capituló las demandas y creó una concentración de Estudios Americanos del Pacífico Asiático, pero actualmente no tiene un programa dedicado a los Estudios Asiáticos Americanos.

El artículo no expresa las opiniones o posiciones de los traductores. El artículo es una versión traducida del artículo que se encuentra a continuación: enlace

Escritor original: Karl Keat

Traducido por: Christine Siu

La pandemia COVID-19 ha afectado innegablemente todas nuestras vidas sustancialmente. A medida que el virus se ha propagado rápidamente en el mundo, todos sentimos una sensación de peligro agudo. Sin embargo, para los asiático-americanos, el peligro se extiende más allá de la infección. Mientras los estadounidenses han buscado un chivo expiatorio, nuestro fracaso en contener la pandemia y la caracterización imprudente de nuestro presidente del virus como un "virus chino", los estadounidenses asiáticos han reportado más de 1.500 incidentes de odio en el último mes y medio, incluyendo al menos uno en la Universidad.

A la luz de estos numerosos incidentes, muchos asiático-americanos se han quedado preguntándose de dónde vino toda esta animosidad. Convencidos del mito de la minoría modelo, creyendo que la América blanca nos había aceptado de verdad, nos dijimos que algo así nunca podría suceder. Sin embargo, las señales de advertencia fueron grabadas en nuestra historia, una historia que ha sido borrada, ignorada y olvidada. Sin embargo, en la Universidad, sería difícil tener la oportunidad de aprender sobre ellos.

Los asiático-americanos siempre han sido tratados como extranjeros perpetuos, inextricablemente vinculados a nuestros orígenes étnicos. Los chino-estadounidenses, muchos de los cuales nacieron y fueron criados en este país, son culpados y atacados por un virus simplemente porque el virus se originó en China. Esta lógica cruda recuerda cómo los sentimientos anti-japoneses durante la Segunda Guerra Mundial llevaron al internamiento masivo de japoneses americanos, que se presumió que eran leales a Japón. La página de opinión de Andrew Yang en The Washington Post le dice a los asiático-americanos a “mostrar sin una sombra de la duda que nosotros somos americanos que vamos a hacer nuestro parte para nuestro país”. Esta idea evoca recuerdos de la Liga de Ciudadanos Japoneses Americanos, que animó a esos mismos japoneses americanos a cumplir con la orden de internamiento y a mostrar su patriotismo apoyando el esfuerzo bélico, muchos de ellos dando su vida para defender al país que puso a sus familias en campamentos. El ataque indiscriminado a los asiáticos orientales de todas las rayas nos recuerda a Vincent Chin, un chino estadounidense asesinado por trabajadores automotrices de Detroit durante un tiempo en la que la creciente industria automotriz japonesa alimentó las tensiones raciales. Todos estos ejemplos ilustran lo cruciales que son los estudios asiático-americanos para entender nuestro momento actual.

En 1995, el Sindicato Asiático de Estudiantes de U.Va. publicó un plan de cinco años que impulsaba la creación de un programa de Estudios Americanos del Pacífico Asiático. Diez años después, en 2005, la Universidad finalmente capituló a las demandas y creó una concentración de estudios APAS después de la contratación de dos profesores, Pensri Ho y Sylvia Chong. Sin embargo, 15 años después, muchos estudiantes pueden que ni siquiera estén conscientes de que la concentración APAS existe. En la década y media desde el establecimiento del menor, la Universidad le ha permitido pudrirse en la oscuridad.

El APAS menor presenta un curso único en estudios asiático-americanos, Introducción a los Estudios Asiático-Americanos, enseñado por la profesora Chong. Chong enseñó el curso el semestre pasado, pero la última vez que se ofreció antes de que fuera hace cinco semestres en el otoño de 2017, y este otoño una vez más no se ofrecerá. Esto significa que durante un largo período de tiempo, era imposible completar el requisito más fundamental de la concentración, y que el currículo de estudios asiático-americanos no estaba totalmente disponible para los estudiantes asiáticos, isleños del Pacífico y desi-americanos. Por supuesto, esto no es culpa de la profesora Chong. Es culpa de las múltiples administraciones universitarias que han ido y venido desde 2005 que le han quitado recursos a la concentración APAS. Además, han puesto a la profesora Chong una carga injusta para dirigir todo el programa por su cuenta cuando tiene otros intereses y clases que ella tiene derecho a perseguir.

Si necesita pruebas de que la Universidad permitió deliberadamente que la concentración se estancara, echa un vistazo al caso del Profesor Ho, que dejó la Universidad sólo un año después de la creación de la concentración y nunca fue reemplazado. Sólo un año después de prometerle a los estudiantes de APIDA que la Universidad estaba comprometida a crear un programa APAS fuerte, la facultad del programa se redujo a la mitad, de dos miembros de la facultad a sólo uno.

En los últimos años, ha habido progreso incremental. En 2018, el Consejo de Líderes Asiáticos publicó un informe pidiendo en parte la departamentalización del programa de Estudios Americanos, que actualmente alberga tanto a los menores de APAS como a los Estudios Latinx. Este movimiento, del que algunos dicen que la Universidad ha expresado interés, es un paso positivo hacia la revitalización de APAS en la Universidad. Sin embargo, esto por sí solo es insuficiente. Los Estudios Americanos encapsulan una amplia franja de currículo en relación con sujetos diferentes y grupos étnicos en los Estados Unidos incluyendo asiáticos, latinos, y nativos americanos.

Incluso cuando un nuevo departamento de Estudios Americanos ganaría la capacidad de contratar profesores para estas áreas, es esencial que la Universidad proporcione suficientes recursos para todos ellos. La Universidad debe hacer compromisos concretos para garantizar que la facultad sea contratada con el propósito explícito de enseñar e investigar estudios asiático-americanos, y que estas contrataciones ocurran de manera oportuna. Si nuestra compañera escuela de Virginia, el Colegio de William & Mary, fue capaz de establecer un programa de Estudios APIA con una especialización y más ofertas de cursos que la nuestra en solo tres años, a pesar de tener un cuerpo estudiantil más pequeño y una proporción menor de estudiantes de APIDA que la Universidad, entonces no tenemos excusa.

La Universidad ha fallado a sus estudiantes APIDA, y en este momento de crisis donde los asiático-americanos están obligados a revivir los errores del pasado de la nación, es crucial que la Universidad corrija sus errores pasados. A medida que entramos en lo que es probable un período prolongado y turbulento de la historia asiática-estadounidense, los estudiantes de APIDA merecen acceso a su historia y a las herramientas que necesitan para entender y abordar los problemas por delante.

Karl Keat es un graduado del 2020 de la Universidad.  

Los opiniones expresados en esta columna no necesariamente son los de The Cavalier Daily. Las columnas representan los puntos de vista de los autores sólos.

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